Si bien puede parecer contradictorio con la entrada anterior (donde explicaba que la gente de la tele se escandaliza por lo que ellos mismos hacen, y que todos opinamos lo mismo o cosas peores de ellos), hoy quiero compartir un enlace que me envió uno de mis hermanitos al blog de Javier Marías; él (Javier, no mi hermano) parte diciendo que "Hace mucho que los españoles, por lo menos los que salen en televisión, dejaron de distinguir qué se puede decir en público y qué en privado..." y luego hace una reseña de lo que pasa en otros países de su región y, en particular, con los políticos italianos. Mi hermano mandó este enlace porque cree que lo que Javier describe de Europa, se parece peligrosamente a lo que pasa acá: políticos bailando en sus horas de trabajo con niñas semi-desnudas (horas que pagamos todos nosotros), "modelos" de televisión contándo con cómo, dónde y con quén se metieron (no sé para quién serán modelo) y el canal de todos los shilenos mostrando la "realidad" de todos los días, no es necesario saber mucho de lenguaje o de historia, para saber que hace 20 o 40 años atrás en la televisión no era bien visto hablar con groserías o garabatos, los hijos y nietos cuidábamos nuestro vocabulario al hablar con los mayores y claramente la gente "del campo" tenía (y creo que aún lo conserva) un vocabulario bastante culto, no como nos muestra la teleserie "de época" donde, por lo que he visto en los avisos, usan muchas palabrotas inapropiadas en el contexto histórico (y en cualquier otro contexto).
Según yo, no soy una persona "a la antigua" o "conservadora", por el contrario, si me preguntan me definiría como alguien muy liberal en la mayoría de los aspectos, pero creo que cuidar el vocabulario, lo que hacemos y cómo lo hacemos, es respetar al resto (algo básico para nuestras libertades); no digo ser una persona políticamente correcta que habla con eufemismos para no herir susceptibilidades, pero sí de no utilizar palabras incorrectas cuando no corresponde, de no tocar temas inadecuados con personas con las que no tenemos confianza, o de tener la actitud que tomó ese político que hace unos años atrás, cuando en televisión no quizo bailar con unas copetineras, por respeto a su mujer, y todos sus adversarios lo acusaron de "cartucho".
Creo que por ahora, sería todo; buscaré info sobre el camino a Farellones (del que sólo nos acordamos cuando está nevado y resbaladizo y no podemos "subir") para la próxima entrada...
PD: aquí está permitido opinar, total, si no me gusta lo que dicen, los borro y listo...