miércoles, 4 de febrero de 2009

La Pecsi

Como leí en algún blog por ahí, para algunas cosas tengo reglas, y yo en el comer tengo varias... No como lo que no me gusta ni mucho menos lo que no me gusta y no alimenta; finalmente, no me gustan las zanahorias, pero podría comer si las camuflan, pero en lo que no cedo es en comer cosas malas (para mi) y que no estén en la base de la pirámide nutricional, es decir: doritos, gatolates, galletas de frutillas, jugos en sobre, etc.
El problema es cuando los fabricantes de esas cosas que no me gusta comer, me tratan de obligar a hacerlo, señores de la Pepsi, esto va para ustedes:
Yo, como buena casi-adicta a la Coca Cola, elijo tomar esta bebida porque me gusta, mucho, me encanta tomar una lata helada de vuelta del trabajo, o dejar que la botella se enfríe tanto, que cuando la abra, la espuma se congela (no, no toda la bebida, sólo la espuma congelada), se podría decir que tiene la habilidad de arreglarme el día. Y, ¿saben qué me arruina el día? Llegar a comer a un restaurant, pedir la consabida coca y me salgan con un "No, nada de la Coca Cola, sólo tenemos bebidas CCU", o, lo que es peor, "¿Puede ser una Pepsi?", No po' gil, no puede, si te digo Coca Cola es Coca Cola, no Fanta, no Free, no Inca Cola, no Líder-Cola y menos Pepsi. Que haya personas que no distingan entre la Fanta y la Crush yo lo entiendo, pero, les cuesta tanto entender a ustedes que habemos quienes sí lo diferenciamos, que cuando no se trata de sobrevivir sino de disfrutar, no me pueden obligar a sustituir lo que quiero.
Señores de Pepsi: prefiero tomar agua, antes que su bebida, y cada vez que no hay Coca Cola, porque al dueño del restoran se le ocurrió la brillante idea de hacerles caso en el "negocio" de comprar cervezas más baratas, a cambio de que no tengan a la competencia, más la detesto y menos ganas me dan de tomar.
Señores de los restoranes: cada vez que no hay coca, pero hay pepsi, no me dan ganas de volver a su local.
Señores de Embotelladora Andina: Por este medio se pueden contactar conmigo para hacerme llegar de regalo un sixpack de cocacolitas (aunque sea de las de 250 cc), que a esta hora después de la pizza, harta falta me hace.