Cada vez que en el país a "alguien" se le ocurre proponer un nuevo feriado, saltan los dueños de la industria: pagar sueldos por días no trabajados es un abuso por parte de los trabajadores, la economía se puede ir a la mierda porque un día se dejará de producir y, lo que es peor, de vender.
Este año la cosa fue peor, ¡más encima no podrían abrir los malls y supermercados!, qué horror, si necesito un cepillo de diente a las 3 de la mañana del 18 de septiembre, ¿dónde lo podré comprar?, los malditos trabajadores del comercio conseguirían su sueño: estar de vagos por tres días consecutivos, mientras las pobres huestes de consumidores no tendrían dónde acudir a saciar sus necesidades de gasto, compra, CONSUMO.
Algo que todos deberíamos tener claro, una vez aprobado un proyecto tan loco como este, era el riesgo de desabastecimiento y caos en el que caeríamos, eso nos lo hizo ver, gracias a Dios, la siempre oportuna La Segunda el día 9 de septiembre.
¿Y qué pasó? Todos festejamos como nunca el 18', finalmente, eran los 200 años del país y había que comer-tomar-carretear como si fuera la última vez, gastarse todo el aguinaldo en copete, carne y celulares y, si el aguinaldo estuvo penca, gastarse el sueldo de septiembre también, total, las deudas las pagamos luego, pero el nuevo plasma lo disfrutamos al tiro. Si el súper cierra 3 días, yo me puedo pasar 3 horas en la fila para no desabastecerme, además, siempre quedan los canales clásicos de distribución, los que (sorpresa), la gente no había olvidado.
Pedro Líder, Juan Jumbo y Diego Tottus tendrán cerrado, pero el negocio de la esquina y el puesto de la feria no, y, si no alcancé a gastar todo antes del 17 de septiembre, puedo recurrir a ellos para ocupar mis últimas moneditas (siempre se necesita algo a última hora).
En resumen, hoy sabemos que el IMACEC subió, la producción industrial subió, las ventas de supermercados subieron, las ventas de autos nuevos subieron... ¿es necesario seguir?
¿hay algún estudio que demuestre el % de productividad el 21 de septiembre? Porque en la empresa donde yo trabajo, ese día todos andaban con caña, pero felices y produciendo como nunca, ninguna queja, ninguna cara larga, ningún problema.
Pienso que cuando uno es chico y se enferma, lo mandan para la casa dos días y los papás se preocupan de que pueda perder el año: si no entiene la materia que pasaron ayer, se va a quedar atrasado, y le va a ir mal en la prueba, eso va a disminuir su motivación y va a fallar en todo el ramo hasta fin de año, cuando ya no haya vuelta atrás, ¡el niño va a repetir!.
En cambio, cuando uno madura y tiene un trabajo estable, no importa si se va de vacaciones o tiene una licencia médica: puede faltar una semana y, al volver, tendrá que retomar la pega que pueda estar atrasada y sacarla adelante, sin quejarse, hasta ponerse rápidamente al día.
Creo que como país nos podemos permitir cerrar el boliche 5 días, sin que eso afecte nuestra evaluación final, incluso, nos hace bien salir, descansar y cargar pilas para lo que queda del año. Lo único que ahora me falta es las disculpas, por parte de La Segunda, por la crisis de angustia que me causó aquel 9 de septiembre.
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