Cambios al mercado farmacéutico
(Por favor, disculpar la imagen penca que ilustra esta entrada, mis habilidades photoshoperas no están muy desarrolladas)
El día lunes 25 de enero, tanto en radio Cooperativa como en el
vespertino La Segunda (http://www.updatecomunica.cl/update/noticia/118535), salió hablando Enrique González, director de la División
Salud de FEMSA (Grupo controlador de Cruz Verde) acerca del mercado chileno, de
reducir el costo de los medicamentos y de abrir las farmacias 24 hrs…
Así, creo, se inicia una campaña
por parte del grupo para poner en la agenda nacional el tema de “abrir las
farmacias 24 hrs. para mejorar el acceso de los clientes a los medicamentos y
bajar los costos”, pero lo que buscan en realidad es llevar al mercado a una
desregulación que los beneficia exclusivamente a ellos.
En esta campaña, tratarán de
poner al público en contra de quienes más nos opondremos a la medida: los
químicos farmacéuticos (QF). Seguramente van a argumentar que el costo de
mantener una farmacia abierta es muy alto, debido a que se exige la permanencia
de un QF en todo el horario de funcionamiento de la misma. Probablemente
también salgan nuestros sueldos al baile, porque a la hora de reclamar, nos olvidamos
que el sueldo promedio de un QF con 5 años de experiencia corresponde al del
noveno decil, es decir, pertenecemos al 20% más rico del país. Y acá no van a
valer argumentos como los años de estudio, porque, déjeme contarles, los profes
estudian un año menos que nosotros, y puchas que ganan harto menos.
Entonces, no nos quedará otra que
caer en la “guerra sucia” y contraatacar
con argumentos válidos y que dejen satisfecha a la población, para tenerlos de
nuestro lado:
Ante la pregunta “¿Las reglas del
juego son claras, más aún con los cambios a la ley de fármacos?”, Enrique
Gonzáles responde “…Nos ha sorprendido el cambio súbito de las reglas en el
sector y la rapidez con la que se han realizado…”; y acá cae en el primer
error: la ley fue aprobada el 2013, después de mucho tiempo de tramitación en
el congreso, donde las cadenas trataron de flexibilizar las reglas para los
almacenes farmacéuticos y los supermercados trataron de meter los medicamentos
en las góndolas, donde se acusó a diestra y siniestra a uno y otro lado de la
discusión de chantajes y extorsiones y, no olvidemos, todo se empezó a fraguar
después de enterarnos de las colusiones de las farmacias el 2008. Finalmente,
la ley salió publicada en el diario oficial en febrero del 2014 y entró en vigencia
a cabalidad en agosto de ese año. Entonces, yo me pregunto, Enrique, ¿a qué te
refieres con cambio súbito, o es que, como no vivías en Chile, no te enterabas
de lo que pasaba?
En otra parte de la entrevista,
dice “Podrían promoverse cambios laborales que redujeran los costos operativos,
para que las farmacias pudiesen abrir 24 horas”. Ojo, acá está hablando de las
farmacias en particular, pero luego podrían aplicarse al comercio en general,
¿cómo se lograría mantener las farmacias abiertas 24 hrs?, con gente trabajando
esas 24 horas, ¿qué significa un cambio que reduzca los costos operativos?,
pagando menos plata a los trabajadores. Acá no hay segundas lecturas, o que
venga un MBA a explicarme esta frase si tiene un significado diferente.
Luego Enrique (permítanme
tutearlo), nos dice que “Estamos convencidos que debe impulsarse más la
bioequivalencia, que ha sido muy benéfica para reducir los costos en otros
países como México”, ya OK, qué lindo México, sin embargo, acá en Chile pasó
todo lo contrario: los genéricos bioequivalentes subieron de precio o de
frentón salieron del mercado; y ojo, no estoy abogando para retirar los
bioequivalentes, sólo digo que este argumento no es válido por sí sólo, en
nuestro país se ha archi-demostrado que la única manera de regular los precios de
los medicamentos sería con una intervención profunda por parte del Estado
(horrooooor, más Estaaaaado).
Para finalizar, nuestro amigo nos
indica en su entrevista que quieren “accesibilidad, eficacia terapéutica y
costos razonables” y, discúlpenme el exabrupto, pero, puta el weón altruista po’,
lo único que le importa es la gente de nuestro país, pero en ningún caso se
plantea cómo su empresa podría disminuir sus márgenes para lograrlo, ya OK,
estamos en el paraíso del libremercado, pero, por el amor de Dior, no sigamos
dejando que nos metan el… dedo en la boca.